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domingo, 22 de abril de 2012

EL PALACIO BELVEDERE DE VIENA




El Palacio Belvedere es un palacio de estilo barroco situado en la ciudad de Viena (Austria).
El conjunto artístico consta de los dos palacios Belvedere (alto y bajo), convertidos en museo, y de otro llamado Schwarzenberg, transformado en hotel. Los dos palacios principales están unidos por unos jardines que se encuentran divididos en tres niveles que representan diversas alegorías.

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El Belvedere Alto

El palacio se construyó entre 1714 y 1723 para el príncipe Eugenio de Saboya tras su victoria frente a los turcos.
Este príncipe, no muy agraciado físicamente, fue educado en la corte de Luis XIV de Francia, al cual solicitó el mando de un batallón, petición que le fue denegada al no creerlo apto para la carrera militar. Pero Eugenio de Saboya demostraría lo contrario, ya que sería uno de los más brillantes generales austriacos durante las guerras contra los turcos a finales del s. XVII, responsable de la derrota definitiva otomana en la Batalla de Zenta en 1697, además de haber participado en otras guerras y batallas, como la Guerra de Sucesión Española, donde logró importantes victorias.
En 1697 el Príncipe Eugenio adquirió un amplio terreno con jardín y encargó a Johann Lucas von Hildebrandt (1668-1745), autor también de otras grandes obras como el Palacio Schwarzenberg, el Palacio Daun-Kinsky, el Palacio Schlosshof o el Convento Göttweig entre otras, la construcción del Palacio de Belvedere.
El Belvedere Inferior o Bajo Belvedere fue construido entre 1712 y 1716 como residencia de verano del príncipe Eugenio de Saboya. En él destaca la suntuosidad de las antiguas dependencias privadas y de las salas de recepción del príncipe, tales como la habitación dorada, el dormitorio del príncipe, la sala de grutescos y la galería de mármol. Muy notable es también el fresco en perspectiva de la sala central, obra del pintor boloñés Marcantonio Chiarini.
El Belvedere Superior o Alto Belvedere fue construido posteriormente, concretamente entre 1717 y 1723, como pabellón de fiestas del príncipe Eugenio de Saboya. En este palacio ajardinado destacan la elegante Sala Terrena, la Prunkstiege, la suntuosa Sala de Mármol (con el enorme fresco del techo obra de Carlo Carlone), así como las diferentes salas ricamente adornadas con trabajos de estucos y frescos. Aquí es donde Eugenio de Saboya tenía sus famosas colecciones de arte así como su biblioteca. Durante el invierno de 1732-33 la Sala Terrena recibía su aspecto actual; por motivos estructurales (la sala amenazaba con derrumbarse), Hildebrandt tuvo que construir de forma adicional una bóveda con arcos sostenida por cuatro Atlantes.



La Sala Terrena con sus Atlantes

Ambas construcciones barrocas, Alto Belvedere y Bajo Belvedere, se unieron mediante un parque simétrico, diseñado según los modelos franceses e italianos; con sus numerosas esculturas y fuentes, el zoológico, la Orangerie, invernaderos acristalados para plantas exóticas y una gran pajarera, este jardín era uno de los parques europeos más suntuosos del s.XVIII.


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S.A.R. el Príncipe Eugenio de Saboya Carignan

Tras el fallecimiento del príncipe Eugenio en 1736, su sobrina, la Princesa Victoria, heredó el Palacio. Pero ésta no estaba interesada en el mismo y lo vendió, pasando así a manos de los Habsburgo; primero Carlos VI, el padre de María Teresa, adquirió la valiosa biblioteca y la colección de grabados del príncipe Eugenio y, posteriormente, en 1752, María Teresa adquiriría el Palacio en sí. Sería bajo su mandato cuando el Palacio recibiría el nombre de Belvedere (“bella vista”), debido a la estupenda vista panorámica sobre Viena y sobre el propio conjunto del Belvedere que se contempla tanto desde el Belvedere Superior como desde la parte superior de los jardines (la denominación de “Alto Belvedere” y “Bajo Belvedere” no aparecería hasta 1776, cuando la colección de arte imperial se aloja en los edificios).
En un principio los edificios apenas fueron utilizados. En abril de 1770, con motivo del matrimonio entre María Antonieta (hija de Francisco I y María Teresa) y el Delfín francés (futuro Luis XVI), tuvo lugar en el Palacio Belvedere un baile de máscaras que acogió a unos 16.000 invitados. A partir de entonces el Palacio recobró importancia.
A partir de 1776 el Alto Belvedere fue utilizado además como museo, al decidir María Teresa y su hijo el Emperador José II trasladar a él la Galería Imperial de cuadros reales del Stallburg (un ala del Palacio de Hofburg en Viena) al Belvedere Superior.

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Los Jardines del Belvedere Inferior pintados por Canaletto en 1758

Siguiendo los ideales del Absolutismo, la colección imperial debía hacerse accesible al público. Así, en 1781, la galería se abrió finalmente a los visitantes, convirtiéndose en el primer museo público del mundo. Posteriormente, durante las Guerras Napoleónicas, otras colecciones se llevarían al Bajo Belvedere. Éstas se vieron ampliadas a lo largo de los siglos, con obras de la escuela italiana, holandesa, alemana y de la escuela moderna austriaca, así como con las colecciones de monedas y antigüedades y la de arte egipcio, si bien posteriormente, en 1888-89, todas las colecciones imperiales se trasladaron al recién construido Museo de Historia del Arte. Tras el traslado de las colecciones imperiales, los palacios de Belvedere dejaron de ser públicos y se les asignó un nuevo uso.
La única descendiente de María Antonieta y Luis XVI de Francia que sobrevivió a la Revolución francesa, la Princesa Maria Teresa Carlota, desde que contrajo matrimonio en 1799 con el Infante Luis Antonio de Borbón, Duque de Angulema, pasó a vivir en el Palacio.
También, a principios del s.XIX, el Belvedere Inferior se convirtió en la residencia principal de Napoleón en la ciudad de Viena.
En 1896 el emperador Francisco José I decidió que el Belvedere Superior debía convertirse en la residencia de su sucesor al trono, su sobrino Francisco Fernando. Así, el Alto Belvedere fue reformado por Emil von Fösrter a partir de 1897, para el sucesor al trono austriaco, Francisco Fernando de Habsburgo (1863-1914), quien lo convirtió en su residencia; al mismo tiempo el interior del palacio también se vio modernizado, al añadir, por ejemplo, a los muebles barrocos originales, objetos neobarrocos. Francisco Fernando vivió en este palacio desde 1899 hasta su asesinato en Sarajevo en 1914, momento a partir del cual el palacio quedó vacío hasta 1917, pasando, en 1919, a ser propiedad de la República de Austria.

El Belvedere Inferior abrió sus puertas en mayo de 1903 como “Galería Moderna” de Arte. Este museo se concibió como la primera colección estatal de Austria de arte moderno gracias a la iniciativa de la Asociación de Artistas de Austria conocida como la Secesión. El objetivo era poder reunir las obras del arte contemporáneo tanto de artistas locales como de artistas del panorama internacional. De esta manera se adquirieron desde los inicios de la Galería Moderna obras maestras de Van Gogh, Monet y Segantini. La colección pronto se amplió con vistas a albergar obras procedentes de épocas anteriores. De esta manera, el museo pasó a denominarse en 1911 “Galería Imperial”.

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El Belvedere Inferior

El Belvedere Superior se convirtió de nuevo en un museo. A él se llevaron la colección del arte del siglo XIX, siendo los pilares esenciales los trabajos de artistas pertenecientes al movimiento vienés Biedermeier, tales como Ferdinand Georg Waldmüller.


Espléndidos efectos de trampantojo en la decoración al fresco del Belvedere Superior

En el Belvedere Inferior se creó también un Museo Barroco único con obras pertenecientes a los siglos XVII y XVIII.
En la Orangerie podía contemplarse el arte correspondiente al siglo XX, con trabajos de Gustav Klimt y Egon Schiele, entre otros.
Durante la II Guerra Mundial el Alto y el Bajo Belvedere se vieron gravemente dañados, con lo que los museos cerraron sus puertas y los Palacios tuvieron que ser reconstruidos después del conflicto, volviendo a abrir sus puertas en 1953. Durante los años posteriores se incorporaron numerosos trabajos a la colección, que supusieron un punto de inferencia en el arte de Austria.
El 15 de mayo de 1955, en la Sala de Mármol del Alto Belvedere tuvo lugar un hecho histórico; en él se firmó el Tratado de Estado Austriaco o Tratado de Belvedere, por el cual se devolvía la independencia a Austria, significando el final de diez años de ocupación del país por parte de los aliados.




La Sala de Mármol, lugar de la firma del histórico Tratado de 1955



Fuentes y jardines embellecen el recinto palatino del Belvedere


En el Belvedere Superior se puede disfrutar, en la Galería de Arte Austriaco, de una impresionante colección de pinturas imperiales, con las obras pictóricas y escultóricas más destacadas desde la Edad Media hasta la actualidad. De la pintura y escultura de los s.XIX y XX destaca sin duda la colección más grande del mundo de Gustav Klimt, con obras tan famosas como El beso y Judit, aunque también encontramos aquí las mejores obras de Schiele y Kokoscha, destacadas obras de los impresionistas franceses (como Monet y Renoir) y la colección más importante del arte Biedermeier vienés.

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El Beso, de Gustav Klimt

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