SERVUS HISPANIARUM REGIS



viernes, 5 de septiembre de 2014

LA MEDALLA DE LA GUERRA DE LOS TREINTA DÍAS

Carga de caballería otomana en la Batalla de Velestino (1897)

En 1896 estalló en Creta una nueva insurrección contra la presencia otomana en la isla. Con el propósito de continuar con la política de Enosis, (anexión a Grecia de los territorios tradicionalmente considerados como griegos), y a la vez desviar a la opinión pública griega de los problemas políticos internos, el gobierno heleno de Theodoros Deligiannis envió parte del ejército y la marina a Creta.
El 21 de enero de 1897 tuvo lugar el desembarco de tropas griegas en Creta. La guerra bierta con el Imperio Otomano comenzó en marzo. El 5 de abril del mismo año, tras verse obligada a replegarse de la isla por la presión internacional, Grecia intentó anexionarse las regiones de Epiro y Macedonia, también bajo soberanía otomana.
Grecia emprendió esta guerra con clara inferioridad numérica de tropas, frente a un numeroso Ejército otomano que acababa de ser reorganizado por oficiales alemanes. La única ventaja con la que contaba el Gobierno heleno era la superioridad de la Marina Real en los mares de la zona en conflicto. Por ello la estrategia militar otomana se inclinó por una contienda terrestre.
En Epiro, 15.000 griegos se enfrentaron a 30.000 turcos comandados por Ahmet Hifzi Pacha. El 18 de abril los turcos bombardearon Arta, sin llegar a conquistarla. Los griegos se replegaron hacia Philippiada, donde se atrincheraron. El contraataque griego fue un desastre, al no llegar los refuerzos esperados. El 15 de mayo, el ejército griego se retiró tras sufrir cuantiosas pérdidas.
La infantería otomana carga a la bayoneta calada en la victoriosa Batalla de Domokos (1897)
En los territorios otomanos de Tesalia, 60.000 hombres del ejército imperial otomano, a las órdenes de Ethem Pasha, esperaban enfrentarse a los 46.000 hombres del ejército griego, al mando del príncipe heredero Constantino.  Hacia el 17 de mayo el ejército heleno se vio obligado a replegarse más allá de Larissa, reorganizándose en los alrededores de Farsalia, en Dhomokos. La nueva derrota griega supuso un duro golpe moral para Grecia, que incluso vio como los turcos avanzaban posiciones en territorio griego. La retirada se había producido tras escasos combates y pocas bajas. El mando griego, poco competente, permitió que la débil infantería se deshiciese casi antes de alcanzar Farsalia. La disciplina de las tropas se había mostrado mala, produciéndose saqueos durante la retirada. Los servicios a las tropas, tanto sanitarios como de transporte o abastecimiento, fueron muy deficientes.
Batalla de Farsalia (1897). El escenario de la derrota de Pompeyo frente a César en el siglo I a.C fue también el campo de batalla de la derrota griega ante los otomanos.
La desbandada del Ejército hizo que el Gobierno griego solicitase la mediación de las potencias para lograr un alto el fuego. Bajo presión internacional, especialmente del zar Nicilás II, el sultán Abdul Hamid II declaró el alto el fuego el 20 de mayo de 1897, hecho que salvó a Grecia de un desastre mayor.
Tras meses de negociaciones, el 20 de noviembre de 1897 se firmó un tratado de paz en Estambul, que otorgaba concesiones territoriales al Imperio Otomano a lo largo de la frontera de Tesalia y una fuerte indemnización de guerra (94,3 millones de francos-oro) que el Estado griego, en bancarrota, sólo podría pagar con la ayuda de las potencias europeas, las cuales vieron aumentada su influencia sobre el débil Reino de Grecia. Las potencias instituyeron una comisión financiera internacional, que debía supervisar la caótica economía griega.
Caricatura del Sultán Abdul Hamid II celebrando su victoria frente a Grecia

A pesar de la total derrota militar, las potencias convencieron al gobierno de Constantinopla para 
conceder la autonomía a Creta y acordaron mantener fuerzas militares mixtas para mantener la
paz en la isla. 
En 1898 el Príncipe Jorge de Grecia, segundo hijo del mopnarca griego, se convirtió en Alto   Comisario de Creta.
La derrota griega hizo que surgiese el en país una fuerte corriente que favorecía las reformas políticas, económicas y militares que le permitiesen resarcirse de la derrota y continuar la expansión territorial ansiada. Sin embargo, el estancamiento en todos estos aspectos durante la década posterior a la contienda llevó a la formación de la Liga Militar y a su imposición de reformas a los sucesivos gobierno tras el Golpe de Estado de Goudi en el verano de 1909. La llegada de Eleftherios Venizelos a la política nacional en 1910, de la mano de la Liga, supuso un gran cambio para Grecia, consecuencia indirecta de la derrota de 1897, y el alejamiento temporal del poder de la cúpula que había llevado a la debacle.
Jorge I de Grecia en la portada de Le Petit Journal
La catástrofe también empañó temporalmente la imagen de los príncipes de la familia real que habían estado al mando de las operaciones bélicas, a los que la prensa y parte de la clase política culparon de la victoria otomana.
Para conmemorar estos victoriosos hechos de armas, S.M.I. el Sultán Abdul Hamid II ordenó en 1897 la creación de la Medalla de la Guerra con Grecia (Yunan Muharabsei Madalyasi)
Se trata de una medalla de plata circular, unida por troquel con una media luna en suspensión.
En el anverso la tughra (cifra imperial) de Abdul Hamid II, rodeada por una corona de laurel con una rosa en la base.
En el reverso una inscripción en árabe que dice: "Guerra griega, Día 23 de Zildake de 1314" (1897AD).
La cinta presenta incorporada a su zona superior una barra de plata formada por seis estrellas de cinco puntas que soportanan una estrella más grande
Medalla de la guerra con Grecia (Yunan Muharabsei Madalyasi) 1897 con inusual adornado suspensión media luna decorativa y barra superior estrella
La Medalla de la Guerra con Grecia (1897)
Fuente: www.medal-medaille.com

La distinción se concedió a las fuerzas otomanas que resistieron las incursiones griegas de 1897, siendo en la actualidad un modelo falerístico raro cuando va acompañado de la suspensión que vemos en la imagen.

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