SERVUS HISPANIARUM REGIS



viernes, 31 de enero de 2014

LA NOUVELLE FRANCE

Archivo: Blason provincia Canada.svg
Armas de la Colonia Francesa de Canadá
Diseño: Ec.Domnowall

La Nueva Francia (Nouvelle-France), oficialmente denominado como Virreinato de Nueva Francia (Vice-royauté de Nouvelle-France), fue el inmenso territorio que comprendía todas las colonias francesas de Norteamérica, desde la desembocadura del río San Lorenzo hasta el delta del Missisipi, pasando por el territorio del valle del Ohio. Existió durante buena parte de los siglos XVII y XVIII, constituyendo la principal colonia francesa en esta época. Su existencia se puede enmarcar en el período que se extiende desde la exploración del río San Lorenzo por Jacques Cartier en 1534 hasta la cesión de estos territorios a Gran Bretaña tras el Tratado de París de 1763.
En 1524, el navegante Giovanni da Verrazzano exploró la costa oriental del actual Canadá y llamó al nuevo territorio Francesca, en honor al rey Francisco I de Francia.
En 1534, Jacques Cartier levantó una cruz en la península de Gaspesia y reclamó las tierras en nombre de Francisco I. Sin embargo, en un principio Francia no estaba interesada en respaldar la reivindicación mediante asentamientos. Barcos de pesca franceses continuaron cruzando el Atlántico hasta el río San Lorenzo, estableciendo alianzas con tribus indias que fueron de notable importancia una vez que Francia comenzó a ocupar la tierra. Los comerciantes franceses se percataron de que la región del río San Lorenzo producía pieles, en especial pieles de castor que eran difíciles de encontrar en Europa, ya que el castor europeo estaba cerca de la extinción. Finalmente, la Corona francesa decidió colonizar el territorio para asegurar y extender su influencia en América.
Archivo: PLcdm 2009 Nouvelle France 1.JPG
Recreadores con el uniforme de las Compañías Francas de Marina
Foto: Barbetorte

Los vastos territorios que pasaron a ser conocidos como Acadia y Canadá estaban habitados por pueblos nómadas amerindios y también había asentamientos de hurones e iroqueses. Las tierras estaban llenas de riquezas naturales por explotar que atrajeron la atención de los europeos. Hacia 1580, las compañías francesas se habían establecido y se habían fletado barcos para llevar pieles a Europa. La interacción entre nativos y europeos en este primer periodo es desconocida en gran medida, debido a la falta de documentos históricos.
Los primeros intentos de establecer asentamientos permanentes concluyeron en un fracaso. En 1598, se estableció un puesto comercial en la isla Sable, cerca de la costa de Acadia, pero no tuvo éxito. En 1600, se estableció otro puesto en Tadoussac (Quebec), pero sólo cinco colonos sobrevivieron el invierno. En 1604, se fundó un asentamiento en la isla Santa Cruz (Île-Saint-Croix), que fue trasladado a Port-Royal en 1605, para ser abandonado en 1607, restablecido en 1610 y destruido definitivamente en 1613.
Archivo: Nouvelle-France mapa-fr.svg
Territorios de la Nouvelle France haca 1756
Diseño: Pinpin
Los primeros intentos por colonizar los territorios aledaños al Mississippi habían resultado rotundos fracasos. Sin embargo Quebec se fundó en 1608 y Montreal en 1642. Las colonias crecieron lentamente, en parte porque a las minorías religiosas no se les permitía establecerse; Nueva Francia era solamente católica.
Hacia mediados del siglo XVII la penetración francesa era bastante modesta. Debido a estos fracasos, En 1663 el rey Luis XIV decidió tomar cartas en el asunto y la colonización de América quedó bajo estricto control de la Corona. A partir de entonces se dio un increíble impulso a la labor colonizadora.
Archivo:. La Galissonnière Administrateur par interino de la Nouvelle France (HS85-10-16602) jpg
La Galissonniere, Administrador Interino de Nueva Francia
Habiendo explorado el valle del río Mississippi en 1682, René Robert Cavelier, Sieur de La Salle nombró al gran cinturón central del territorio como Louisiana, en honor al rey Luis XIV. En 1684, había dejado Francia con 4 barcos y 300 colonos para establecer una colonia en la desembocadura del Mississippi. La Colinia de Louisiana fue fundada en 1699 y su capital, Nueva Orleans, en 1718. Francia pronto entró en conflicto con Gran Bretaña, cuyas colonias tenían frontera con las francesas en varios lugares.
En su momento de mayor extensión, (antes del Tratado de Utrecht de 1713), el territorio de Nueva Francia se extendía desde la isla de Terranova al Lago Superior y desde la Bahía de Hudson al Golfo de Méjico. En esta época territorio alcanza su apogeo territorial y político, y se dividía en cinco colonias, cada una con su propia administración: Canadá, Acadia, Bahía de Hudson, Terranova y Territorio de Louisiana.
Retrato del comienzo del reinado de Luis XV y moneda de la Nueva Francia
La cercanía a las colonias británicas, dada la cada vez mayor extensión de Nueva Francia, solo podía provocar nuevos conflictos, especialmente después de la Guerra de Sucesión Española.
En 1756 estalló el conflicto en Europa, la que iba a ser la Guerra de los Siete Años, que también tuvo un frente bélico en las colonias de América. El conflicto aquí recibió el nombre de Guerra Franco-India (y constituía ya el cuarto enfrentamiento colonial entre franceses y británicos). La contienda iba a durar nueve años, en un principio con claro predominio francés, aunque el resultado final le fue favorable a Gran Bretaña al conquistar Canadá.
La paz se alcanzó con el Tratado de París el 10 de febrero de 1763 y supuso la pérdida de todas las posesiones continentales francesas (y por ende, el final de la Nueva Francia), ya que tuvo que ceder Louisiana a España en compensación por la pérdida de Florida a manos de los británicos. La Louisiana estaría bajo soberanía hispana durante 40 años, hasta 1803, año en el que el rey Carlos IV cedió a Napoleón Bonaparte, entonces Cónsul de la República Francesa, el territorio. Esta segunda soberanía francesa duró poco, porque al año siguiente pasó a los Estados Unidos mediante el proceso conocido como Venta de Louisiana.
En la película Nouvelle France se evoca el final de la presencia de Francia en Canadá
https://www.youtube.com/watch?v=L28CA9y2j3g
(A partir del minuto 04' 06'' de evoca el fin de la guerra franco-británica y la lectura de las condiciones del Tratado de París de 1763)

jueves, 30 de enero de 2014

ISABEL DE LOS BELGAS, "LA REINA ENFERMERA", Y SU MEDALLA

Archivo:. Escudo de Armas del Rey de los Belgas (1921) svg
Armas de Alberto I de los Belgas
Diseño: Sodacan-Katepanomegas

Durante la Primera Guerra Mundial, en la Bélgica parcialmente invadida por los alemanes, fue instituida, el 15 de septiembre 1915, la Medalla de la Reina Isabel de los Belgas.

Se concedía a aquellas personas, ciudadanos belgas y extranjeros, que se hubieran significado en el alivio del sufrimiento de la población civil, y de los enfermos y heridos a causa del conflicto bélico.

Entre sus receptores figuraron numerosos médicos y enfermeras británicos y norteamericanos.


La Medalla de la Reina Isabel de los Belgas
Foto: www.medal-medaille.com

La Medalla está acuñada en bronce, y tiene forma de circunferencia dividida en ocho secciones alternas que generan la impresión de una cruz. La anilla que se une a la cinta es una corona de laurel circular. 


Anverso de la Medalla
Foto: www.medal-medaille.com

En el anverso se muestra el busto de la Reina Isabel rodeada por la inscripción en francés: "ELISABETH REINE DES BELGES". 


Reverso de la Medalla
Foto: www.medal-medaille.com

El reverso muestra una figura sentada de medio cuerpo que representa a una enfermera que sostiene una lámpara de aceite. Le rodea la inscripción en latín: "PRO PATRIA HONORE ET CARITATE" y las fechas "1914 - 1916".

S.M. Isabel de Baviera, Reina consorte de los Belgas, nació en Possenhofen, Baviera, el 25 de julio de 1876.
Era hija del Duque Carlos teodoro de Baviera, miembro de una rama menor de la familia real bávara y hermano de la Emperatriz Isabel "Sissi" de Austria-Hungría. 
Isabel se crió en un ambiente liberal y anticlerical, donde su padre, a quien la guerra de 1870 había hecho despreciar la vida militar, había abandonado el ejército para comenzar estudios de Medicina. 
Apasionado de la oftalmología, instala una clínica en Possenhofen, que mantiene con su dinero y donde él mismo opera a pacientes, asistido por una enfermera que es su propia mujer. Es en estos años cuando Isabel aprenderá la profesión de enfermera.
Conoció al que sería su marido en 1897 en Dreux, durante los funerales de Sofía carlota de Baviera. duquesa de Alençon, tía de Isabel, que había muerto en el incendio del Bazar de la Charité. 
Tres años después se prometerá con este joven tímido, serio y pesimista, con el que chocarán en más de una ocasión su vivacidad y su fantasía.
Archivo: Verlovingsfoto-Hertog van Brabant.jpg
Foto oficial del compromiso entre el Príncipe Alberto e Isabel

Se casó en Munich el 2 de octubre de 1900 con el Príncipe Alberto de Bélgica y la pareja fijó su residencia en el Hotel Assche de Bruselas, donde nacerán los tres hijos del matrimonio: Leopoldo (1901-1983), futuro Leopoldo III de los Belgas, Carlos (1903-1983), héroe nacional durante la Segunda Guerra Mundial y regente en 1944 mientras su hermano estubo prisionero de los alemanes y María José (1906-2001), reina de Italia por su matrimonio con Humberto II, reinando sólo durante el mes de mayo de 1946, tras lo cual se proclamó la república.

En 1909 fallece el rey Leopoldo II y el Príncipe Alberto, su sobrino, sube al trono con el nombre de Alberto I de los Belgas. 
Aunque nacida en Alemania, la Reina toma partido por los Aliados y por la independencia de Bélgica desde el inicio de la Primera Guerra Mundial, llegando a afirmar que entre su familia y ella hay "un telón de hierro que ha caído para siempre". 
Tras poner a salvo a sus hijos en Inglaterra, vuelve a Bélgica para estar con su marido, compartiendo durante cuatro años su vida espartana y peligrosa en el frente de La Panne.
La Reina enfermera organiza hospitales de campaña, alienta a los médicos, cura a los heridos cuando hace falta y crea, para elevar la moral de las tropas, la Orquesta Sinfónica del ejército en campaña.
Tras la guerra hace una gran labor con los huérfanos, los heridos, los mutilados, y emprenderá otras tareas que no le impedirán dedicarse al resurgimiento de la vida cultural belga. 
Ella también era una artista -escultora y violinista de talento-, amante de la música; y creará el Concurso Musical Reina Isabel, de renombre internacional. 
Archivo: ElisabethofBelgium.jpg
La Reina Isabel de los Belgas en una fotografía de 1920
Todo le apasiona: los viajes, la ciencia, la egiptología (el 13 de febrero de 1923, junto con Lord carnarvon y Howard Carter entra en la tumba nunca penetrada de Tutankhamón), las obras de Tagore y el yoga, el canto de los pájaros -sobre el que publica una obra científica- y, sobre todo, las relaciones humanas. 
Em 1926 S.S. el Papa Pío XI le concedió la especialísima Rosa de Oro de la Cristiandad por su inmensa labor de caridad.
El 17 de febrero de 1934 enviudó del Rey Alberto I.
Sus encuentros con personajes tan dispares como Einstein, Pau Casals, Romain Rolland, Loti y otros, acabarán por convertirse en amistades con las que mantiene frecuente correspondencia.
La Segunda Guerra Mundial supone una nueva prueba para Isabel, más cuando algunos políticos franceses la acusan de pro-nazi.
Al acabar la guerra, la Reina acrecentará sus obras de caridad, sociales y médicas, que recibirán un inmenso apoyo. Pero con el paso de los años, el lado bávaro de Isabel, excéntrico y anticonformista, se acentuará. Es entonces cuando iniciará una fuerte aproximación a ideas marxistas, viajando a la Unión Soviética y China, y declarando sus simpatías por Kruchev, Fide castro e incluso Lenin. A pesar de ello, su octogésimo cumpleaños fue celebrado en medio del regocijo popular.
Isabel murió el 23 de noviembre de 1965, de a causa de un infarto, en el castillo de Stuyvenberg, donde vivía desde 1951.
Sus restos reposan en el Panteón Real de Laeken (Bruselas).

miércoles, 29 de enero de 2014

EL ALMIRANTE ALEKXANDR KOLCHAK y (IV)



El 22 de octubre de 1919, el 1er Ejército de Kolchak abandonó Tobolsk a los soviéticos, mientras el 2.º y 3.º retrocedían hacia Ishim y Petropavlovsk. A pesar de la importancia estratégica de esta última, se abandonó también el 31 de octubre, al igual que la primera, que se evacuó con los puentes sobre el río intactos el 4 de noviembre.
Dieterichs ordenó la evacuación de Omsk, planeando reformar el frente más al Este. Kolchak, sin embargo, decidió defender la capital y rescindió la orden, a pesar de que ya parte de las unidades habían marchado al Este. Ante tal situación, Kolchak llamó a las armas a la población para defender la ciudad.
La desautorización de Dieterichs llevó a su dimisión, siendo sustituido por el general Sájarov. El mando de los distintos ejércitos también se reorganizó.
A pesar de las declaraciones optimistas de Sájarov, las misiones diplomáticas Aliadas abandonaron la ciudad y el consejo de ministros hizo lo mismo el 10 de noviembre de 1919. La defensa de la ciudad hizo que ésta volviese al caos producido por los militares al comienzo de la dictadura. Cerca de cuatrocientos prisioneros políticos de la cárcel de la ciudad fueron asesinados y muchos otros abandonados a la intemperie.
Archivo: RetiradaDeLosSoldadosDelAlmiranteKolchak.png
Los blancos de Kolchak se retiran a través de la inmensidad de Siberia
Kolchak fue de los últimos en abandonar Omsk, la noche del 13 de noviembre, en cinco trenes que contenían los restos de la reserva de oro del Imperio. En la madrugada del día siguiente, tras una marcha forzada de 200 km en dos días, unidades del 5.º Ejército soviético al mando de Tujachevski entraban en Omsk, donde encontró escasa oposición por parte de la guarnición local. Los bolcheviques capturaron numeroso material e hicieron decenas de miles de prisioneros.
Camino de Irkutsk para reunirse con sus ministros, Kolchak recibió la noticia de la decisión de los mandos de la Legión Checoslovaca de comenzar de inmediato su retirada y abandonar sus actividades a favor de su Gobierno Blanco (13 de noviembre de 1919). 
Cinco días más tarde se enteraba del levantamiento socialrevolucionario contra su régimen en Vladivostok, respaldado por el destituido Rudola Gajda. La oposición, que había conspirado contra Kolchak desde hacía tiempo, se había librado de la represión del gobernador de Kolchak por la protección de los legados Aliados, contrarios al uso de las tropas cosacas de Kalmikov en la ciudad.
El levantamiento, además de la cooperación de Gajda, contó con cierta simpatía de los representantes Aliados en la ciudad. El alzamiento se produjo el 17 de noviembre de 1919 y logró al comienzo la adhesión de ciertas unidades. La suerte de la acción, sin embargo, quedó sellada al no lograr éste el respaldo de los 8.000 legionarios checoslovacos de la ciudad, que se declararon neutrales y expresaron su deseo de ser evacuados cuanto antes. Las unidades militares japonesas, con la excusa de «limitar los combates», aislaron el centro de la insurrección, la estación de ferrocarril, de la ciudad. Las tropas alzadas quedaron entonces sitiadas por Kalmikov y por la marina, leal a Kolchak.
Archivo: Kolchak1919troops.jpg
Fuerzas blancas desfilan ante Kolchak
Tras unas cortas negociaciones, los sitiadores bombardearon la estación el 18 de noviembre y el aplastamiento de la rebelión se convirtió en una matanza. Gajda fue rápidamente deportado y los principales dirigentes socialrevolucionarios buscaron la protección del mando estadounidense en la ciudad.
Mientras, los socialrevolucionarios y el Gobierno negociaban en Irkutsk un acuerdo de colaboración en medio de la desconfianza mutua. Kolchak no respaldaba las negociaciones, y continuaba su lenta retirada a lo largo del ferrocarril y alcanzó taiga el 8 de diciembre de 1919. Allí se reunió con el nuevo primer ministro que trató de convencerle de la necesidad de profundos y rápidos cambios en el Gobierno, sin éxito. Tras la marcha de Kolchak el primer ministro logró destituir a Sájarov, que se oponía a los cambios propuestos.
El 12 de diciembre de 1919, el general checoslovaco Jan Syrovy le comunicó a su superior, el general francés Naurice Janin, la necesidad de comenzar de inmediato la evacuación de la Legión para evitar un amotinamiento. Logró el beneplácito y el consentimiento para dar prioridad a los checoslovacos frente a otros contingentes como el polaco, el serbio, el rumano o el italiano, que serían evacuados más tarde. Pocos días más tarde los checoslovacos se habían hecho con el control total del transiberiano, sustituido a los jefes de estación e impuesto a los rusos su orden de evacuación, en el que las unidades de Kolchak iban a ser evacuadas en último lugar, tras las unidades extranjeras.
Archivo: KolchakInviernoDe19191920.svg
El desplome del ejército y del régimen de Kolchak
Diseño: Rowanwindwhistler
Los checoslovacos prohibieron el traslado de los convoyes rusos al este de Novonikolaevsk antes de la retirada total checoslovaca, lo que retrasó de manera crucial la retirada rusa y aparcó el convoy de Kolchak en Krasnoiarks durante varios días. A pesar de las furibundas protestas rusas los checoslovacos se negaron a cambiar las órdenes, que dejaron más de 120 trenes de refugiados atascados en la línea, siendo capturados por los soviéticos a un ritmo de unos 10-20 diarios. Mientras, Kolchak continuó su lento avance hacia Irkutsk siempre que se lo permitían los checoslovacos. En Kranoiarsk quedó detenido entre el 17 y el 21 de diciembr, negándose Janin a dar prioridad a su convoy.
Tras largas conversaciones Kolchak consiguió abandonar la ciudad poco antes de caer en manos de los rebeldes socialrevolucionarios del «Centro Político», que también controlaban ya Nizhneudinks cuando el almirante alcanzó la ciudad el 27 de diciembre y quedó a la vez protegido y detenido por las tropas checoslovacas que controlaban la estación. El 24 de diciembre de 1919 el «Centro Político» había tomado el control de Irkutsk.
El 27 de diciembre, el 5.º Ejército Rojo capturó Novonikolaevsk, donde los atascos en el ferrocarril, que habían dejado al 2.º y 3.erEjércitos bloqueados tras 100 km de trenes con refugiados, habían acelerado la disolución del Ejército.
Nuevamente, al conquistar la ciudad los soviéticos hicieron miles de prisioneros y tomaron abundante material. Semana y media antes unidades del Ejército, amotinadas en Tomsk y Taiga, asesinaron a algunos oficiales y exigieron la firma de la paz con los soviéticos, que avanzaban sobre ellas.
El sucesor de Sájarov al frente de los restos del Ejército, el general Kappel, trató en vano de detener el avance soviético en Krasnoiarsk, pero los alzamientos favorecidos por los socialrevolucionarios y los amotinamientos de tropas frustraron sus esfuerzos.
La multitud de refugiados, el desorden de sus tropas y el control del ferrocarril por los checoslovacos, que dieron total prioridad a la evacuación de sus unidades, impidieron cualquier intento de resistencia. La retirada del Ejército, entremezclada con la de los numerosos refugiados, fue durísima, en medio del invierno siberiano en el recorrido de 1.500 km entre Omsk y Krasnoiarsk. El frío, la falta de asentamientos donde refugiarse, de transporte para huir de las unidades soviéticas, la epidemia de tifus y la dura naturaleza de la región, plagada de lobos, convirtieron la marcha en terrorífica.
Archivo: CS Vagón vlaku.  legií.jpg
Tropas de la Legión Checoslovaca
Nuevamente, tras largas negociaciones y la promesa de dimisión de Kolchak, los checoslovacos le suministraron trenes para continuar su viaje y evitar que cayese en manos de los rebeldes, pero bajo escolta militar checoslovaca y habiendo desarmado a su guardia. Los allegados al almirante confiaban en que, una vez llegados a Irkutsk, se librarían de los checoslovacos, muy hostiles al almirante, y obtendrían el sostén de las unidades japonesas presentes en la ciudad. 
El 5 de enero de 1920 en un gesto inútil, Kolchak había transferido su título de Gobernante Supremo a Denikin, que también se hallaba ya en retirada.
Con el hundimiento de la administración «blanca» y bandas de partisanos y trabajadores presentes en la línea, el viaje se tornó cada vez más tenso. El 12 de enero de 1920, ante la amenaza de volar la línea y cortar el suministro de carbón a los checoslovacos, éstos accedieron a que subiese al tren del almirante un representante de los partisanos. Al día siguiente, hubieron de permitir que varias docenas de rebeldes se uniesen al tren. 
El convoy llegó finalmente a Irkutsk el 15 de enero de 1920 y fue recibido por tropas rebeldes del Centro Político, que controlaba precariamente la ciudad. 
Detenido en su vagón por los rebeldes, la petición del comandante japonés de las tropas acantonadas en la ciudad de lograr su custodia fue rechazada por Syrovy, que temía la reacción de los mineros y de los rebeldes contra la evacuación de sus hombres. Janin aprobó la entrega de Kolchak a los rebeldes, que se le comunicó esa misma parte por azorados representantes checoslovacos. Los Aliados habían prometido anteriormente asegurar su protección y trasladarlo a donde desease.
La decisión de Syrovy y Janin fue muy polémica, y a menudo tachada de traición, pero la actitud de las tropas checoslovacas, simpatizantes de los rebeldes, parece que hubiese impedido otra alternativa salvo la de enfrentarse a éstos y afrontar una retirada perseguidos durante miles de kilómetros a través del invierno siberiano. 
Ante el historial de desprecio de Kolchak, las perspectivas de grandes pérdidas y una difícil evacuación, y el rápido avance soviético, la entrega de Kolchak a los rebeldes quedó decidida.
Fue encarcelado junto a su amante y algunos de sus ministros. Durante su arresto, Kolchak fue sometido a la investigación de una comisión de cinco socialistas, miembros de los partidos que se habían hecho con el control de la ciudad.
El «Centro Político», en cuyo poder se encontraba Kolchak, contaba, sin embargo, con escaso respaldo popular y sobrevivía gracias al apoyo checoslovaco, ya que era cada vez más evidente su incapacidad para detener el avance soviético o evitar la toma del poder en las ciudades en las que se había sublevado, los bolcheviques locales. 
Una delegación socialrevolucionaria trató, no obstante, de interrumpir el avance de los soviéticos mediante conversaciones, aprobadas por Lenin en Tomsk. El acuerdo con el comandante soviético para la creación de un Estado entre los soviéticos y los japoneses, sin embargo, quedó invalidado por la pérdida del poder de los socialrevolucionarios en Irkutsk el 21 de enero, que lo entregaron voluntariamente a un comité revolucionario bolchevique antes de disolverse.
Un día antes de la desaparición del Centro Político, unidades blancas en retirada comenzaron a agruparse y amenazaron con retomar Irkutsk. Eran las fuerzas que Kappel  había dirigido hacia el Norte, alejadas de la línea de avance principal de los soviéticos a lo largo del transiberiano. 
Las unidades polacas y rumanas  fueron alcanzadas y, tras intentar en vano utilizar los trenes en manos de los checoslovacos, se rendían a los soviéticos. Comenzaron entonces los combates entre la vanguardia soviética y la retaguardia checoslovaca. 
Kappel derrotó a las fuerzas del Centro Político y a los partisanos, y comenzó entonces las operaciones para capturar Irkutsk, liberar a Kolchak y sus compañeros, recuperar la reserva de oro y formar un nuevo frente al oeste de la ciudad.
Los intentos de negociación entre la nueva administración bolchevique de la ciudad para evitar el asalto y Voitsejovski (que acababa de suceder a Kappel como comandante tras su fallecimiento) fracasaron. Ante la imposibilidad de defender Irkutsk de Voitsejovski y ya claro el objetivo de éste de rescatar a Kolchak, el comité de la ciudad decidió ejecutarlo. 
Archivo: Kolchak última photo.png
Última fotografía de Kolchak tomada antes de su ejecución
El 4 de febrero de 1920 las primeras unidades «blancas» habían alcanzado los suburbios de la ciudad, a pesar de los intentos de contenerlas. El día anterior el comité de la ciudad restauró la pena de muerte y el 6 de febrero solicitó permiso para la ejecución de Kolchak y de su primer ministro Pepeliáev de la autoridad soviética más cercana, el presidente del comité militar revolucionario del 5.º Ejército, Smirnov, que, a pesar de las instrucciones de Lenin de capturar vivo a Kolchak para ser juzgado en Moscú, dio permiso para las ejecuciones en caso de peligro de liberación por parte de Voitsejovski.
Archivo: Kamera Kolchaka.JPG
La celda donde el Almirante pasó sus últimos días
Foto: Kolchak1923 cделано самостоятельно
El 7 de febrero de 1920 el jefe local de la cheka comunicó la decisión a Kolchak, que en todo momento se mostró tranquilo y digno, a diferencia de Pepeliáev. 
Una organización clandestina había tratado de liberar al almirante pero éste se había negado a abandonar a sus compañeros de prisión. Dos horas más tarde, a las 4:00 a.m., Kolchak y Pepeliáev fueron sacados de la prisión y fusilados, el primero tranquilo y rechazando que le vendasen los ojos, el segundo teniendo que ser arrastrado hasta el lugar de ejecución. A continuación sus cuerpos fueron lanzados al río Ushakovka a través de un agujero en el hielo.
La muerte del Almirante Kolchak
Autor: Крещение кровью. 2010 год Холст, масло 200х130 Художник Москвитин
El mismo día se conoció el acuerdo entre soviéticos y checoslovacos que puso fin a los combates entre sus fuerzas y facilitaba la evacuación de los segundos a cambio de su estricta neutralidad. Como consecuencia los checoslovacos ordenaron a Voitsejovski abandonar el asalto de Irkutsk para garantizar la neutralidad en el ferrocarril y aquel se vio obligado a retirar sus unidades, continuar su retirada al Este y rodear la ciudad. A finales de febrero unos 12.000 harapientos supervivientes de las fuerzas de Kolchak alcanzaron Chitá, los únicos restos de su Ejército.
El 1 de marzo de 1920 las últimas unidades checoslovacas evacuaron Irkutsk y una semana más tarde las primeras unidades del 5.º Ejército soviético entraban en la ciudad. El mismo mes la reserva de oro rusa partía de vuelta a Kazán en un tren con una pancarta: «Al querido Vladímir Ilich, la ciudad de Irkutsk».
Archivo: Kolchak obituary.jpg
Esquela dando noticia de la muerte del Almirante Kolchak
Durante la era soviética Kolchak y los Blancos fueron considerados enemigos del pueblo, y su recuerdo denigrado. Sin embargo, tras la caída del régimen comunista ha habido una reivindicación de la figura de Kolchak y sus servicios en interés de Rusia, principalmente en la prensa popular conservadora y nacionalista, en la que han aparecido diversas hagiografías.
Archivo: Kolchak placa conmemorativa, Ekaterinburg.jpg
Placa en memoria de Kolchak en la ciudad de Ekaterininburg
Sus partidarios le presentan como un mártir patriota que se sacrificó valientemente para tratar de restaurar la grandeza de su patria. Oficialmente su memoria aún no ha sido rehabilitada, tal como se ha hecho con el zar Nicolás II, Denikin, Kappel y otros protagonistas de la Guerra Civil, y dirigentes blancos. Por el momento, se han levantado varias estatuas y monumentos en honor de Kolchak en diversos puntos de la geografía rusa, entre ellas dos en San Petersburgo y una Irkutsk que tiene cinco metros de altura. 
File:MonumentKolchak.JPG
Monumento al Almirante Kolchak en Irkutsk
Foto: Kolchak1923 cделано самостоятельно
En Moscú hay una placa de mármol con su efigie, en la calle Sadóvnicheskaya, y otra calle que lleva su nombre. Otra estatua será inaugurada dentro de poco en Omsk.
La superproducción cinematográfica rusa elaborada en 2008 con el nombre de "Almirante" es una apología de la figura de Kolchak y de su lucha contra el bolchevismo. Esta película ha batido todos los récords de audiencia de la historia de la cinematografía rusa.
Cartel de la película y fotograma de la misma

martes, 28 de enero de 2014

EL ALMIRANTE ALEKXANDR KOLCHAK (III)

Archivo:. Kolchak (blason) jpg
Armas del Gobierno Ruso del Almirante Kolchak
Diseño: Metallion Guy de Rambaud
El 28 de abril de 1919, Mijail Frunze atacó el flanco izquierdo de Janzhin, tomó tras dos días Buguruslán y amenazó con rodear la vanguardia del Ejército Occidental. Gracias a la deserción del comandante de la 25.ª División soviética, las unidades de aquél pudieron retirarse ordenadamente a las posiciones que habían alcanzado a mediados de mayo.
Más al norte, infantes soviéticos tomaban Chístopol el 4 de mayo y cerraban así la brecha entre unidades del Grupo de Ejércitos.
El 15 de mayo caía Belebei y el 7 de junio la 26.ª División del 5.º Ejército soviético cruzaba el río Belaya en persecución del Ejército Occidental, que abandonó en medio del pánico Ufá, con importantes depósitos de armas y alimentos, dos días después. El intento desesperado de evitar la captura de la ciudad por los batallones selectos de Kappel, todos condecorados con la Orden de San Jorge, que cargaron a la bayoneta contra las posiciones soviéticas de Frunze, fracasó y se saldó con más de 3.000 muertos.
En el norte, sin embargo, el Ejército Siberiano de Gajda continuaba su avance y tomó Glázov a comienzos de junio. Ante la retirada del Ejército Occidental, no obstante, Gajda quedó expuesto y hubo de comenzar el repliegue; Glázov se abandonó el 13 de junio. No pudo realizar el deseado enlace con las tropas británicas que avanzaban desde Arjánguelsk. Sarapul había sido capturada por el 2.º Ejército soviético el 2 de junio. El 6 tomaba Izhevsk, que en dos semanas producía ya quinientos fusiles diarios para los soviéticos. En dos semanas, las fuerzas de Gajda habían regresado a su punto de partida, Perm.
File:Mikhail Vasilevich Frunze foto1.jpg
Mijaíl Frunze fue el encargado de realizar la contraofensiva soviética del verano de 1919
En el sur, donde el frente se había mantenido estable de marzo a mayo, unidades cosacas habían logrado atravesar las líneas del 4.º Ejército soviético avanzando hacia Nikoláyevsk, acercándose a las unidades de Piotr Wrangel que asediaban Tsaritsyn y a 40 km de Samara. Tras amenazar brevemente la retaguardia del 5.º Ejército, hubieron de retirarse, siendo exiguas para mantener las posiciones alcanzadas.
Durante el mes de mayo, la mayoría de las unidades baskires desertaron en masa a los soviéticos, aunque la primera gran deserción tuvo lugar en febrero, cuando 2.000 de ellos cambiaron de bando una vez que los soviéticos les garantizaron la formación de una nueva república autónoma y Kolchak insistió en disolver las unidades baskires e integrarlas en el Ejército siberiano.
A finales de junio, las fuerzas de Kolchak se hallaban aproximadamente donde habían comenzado la ofensiva de primavera. El Comité central bolchevique a pesar de la oposición de Trotski, que temía que Kolchak dispusiese de numerosas reservas, decidió a finales de junio y comienzos de julio continuar el avance más allá de los Urales.
El 1 de julio, durante las celebraciones de aniversario de la creación del Gobierno Provisional Siberiano, se conoció la pérdida de Perm, abandonada ese mismo día. Las derrotas del frente agudizaron el agotamiento mental y el nerviosismo de Kolchak, que durante julio y agosto se mostró extremadamente nervioso, agotado, irascible, con ataques de ira. Su aspecto físico empeoró notablemente.
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Proclama de Kolchak al ejército y al pueblo ruso
El 11 de julio, los soviéticos socorrían a la guarnición de Uralsk, largo tiempo sitiada. En el frente central, el 5.º Ejército tomaba Zlatoust, localidad que controlaba el principal paso de los Urales. La ciudad había sido abandonada apresuradamente con grandes cantidades de material, que cayeron en manos de los soviéticos. En el norte, Ekaterinimburgo cayó a mediados el 14 de julio. Esta ciudad había sufrido un gran pogromo con 2.000 muertos de su escasa población judía poco antes de ser tomada por los soviéticos, símbolo del creciente nerviosismo de los partidarios de Kolchak y de su búsqueda de chivos expiatorios para sus reveses.
En diez semanas, el Ejército Rojo había avanzado cerca de 500 km en el frente norte y 600 en el centro, lo que privó a Kolchak de las minas y las fábricas de los Urales, su única base industrial. El revés militar también trajo consecuencias políticas: el reconocimiento de los Aliados al Gobierno de Omsk dejó de plantearse.
Las deficiencias organizativas y de estrategia del mando «blanco», junto con la escasa calidad de sus tropas, que comenzaron a desertar en masa ante las primeras derrotas, quedaron de manifiesto durante la contraofensiva soviética. Las deserciones para atender los campos y el gran número de bajas entre los soldados bisoños redujeron enormemente el tamaño de las fuerzas de Kolchak, que apenas alcanzaba la mitad de los 60.000 hombres de marzo dos meses más tarde. Los intentos de aumentar el reclutamiento y de utilizar las últimas reservas fracasaron. Tampoco hubo intento alguno por utilizar los prisioneros de guerra soviéticos, para desesperación de la misión militar británica, que los consideraba potenciales reclutas. El mando de Kolchak prefirió ejecutarlos en masa o encerrarlos en campos de prisioneros, donde morían a menudo de frío y de tifus. La oficialidad, a pesar de ejemplos de heroísmo aislado, se mostró en general indisciplinada y caprichosa y esto dificultó la ejecución de las órdenes.
Las derrotas del verano supusieron además un gran contratiempo económico para Kolchak: esfumada la posibilidad de ser reconocido como Gobierno oficial de Rusia desaparecieron las posibilidades de obtener los necesarios créditos de los Gobiernos Aliados. El régimen tuvo que seguir sosteniéndose de la única fuente de financiación de la región, que ya se había mostrado muy generosa con los anteriores gobiernos antibolcheviques: las cooperativas. El Gobierno, sin embargo, con su preferencia ideológica por la empresa privada, no mantuvo buenas relaciones con el sistema cooperativista, a pesar del enorme apoyo económico (200 millones de rublos hasta octubre de 1919) y moral recibido de éste. La retirada militar también causó una crisis política en el Gobierno, cada vez menos seguro de su victoria final.
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Mapa de operaciones correspondiente al verano de 1919
Con el Ejército en retirada se creyó conveniente reorganizarlo pero esto llevó semanas de discusiones entre los mandos del frente y el Estado Mayor y la dimisión del general Gajda, que había exigido el relevo de Lébedev y la obtención para sí del mando de todas las fuerzas, infructuosamente.
Mientras se discutía la conveniencia de montar un contraataque, continuaba la retirada. A pesar de la oposición de algunos generales, Lébedev, con el beneplácito de Kolchak, logró la aprobación de la contraofensiva alrededor de Cheliabinsk. El objetivo principal de Kolchak era impresionar mediante una victoria militar a los representantes Aliados, reunidos por entonces en Omsk para decidir la continuación del apoyo a su Gobierno.
El plan consistía en abandonar Cheliábinsk a los soviéticos para, a continuación, rodearlos mediante un movimiento de pinza.
El 27 de julio, las primeras unidades soviéticas entraron en la ciudad, abandonada según el plan. El ataque de las unidades de Kappel, completamente bisoñas, fracasó, siendo fácilmente rechazadas por la 26.ª división soviética, una unidad de choque. En el Norte Voisetjovski logró cortar pasajeramente el ferrocarril Cheliábinsk-Ekaterimburgo, antes de ser atacado por unidades del 3er Ejército soviético al mando de Frunze, que lo rechazaron.
 Kolchak perdió en la operación varios miles de hombres y numeroso material y abastos. El 4 de agosto se perdía también Troitsk y con ella todo contacto con el Ejército Meridional, que comenzó su retirada hacia el Turquestán.
El 2 de agosto, los soviéticos tomaban definitivamente Cheliabinsk, centro agrícola de la ladera oriental de los Urales, y capturaron miles de prisioneros, convirtiéndose su victoria en prueba de la ineptitud del alto mando de Kolchak, en manos del incompetente Lébedev. A comienzos de agosto las fuerzas de Kolchak se hallaban ya al este del Tobol, más cerca de Omsk que de los Urales.
Tras el fracaso de la contraofensiva, a comienzos de agosto de 1919, los Aliados desecharon la idea de que Kolchak y su Gobierno fuesen el principal centro del Movimiento Blanco y abandonaron la idea de reconocerlo como Gobierno oficial de Rusia. A partir de entonces los Aliados se limitaron a entregar la ayuda ya prometida y sostener moralmente al régimen mientras traspasaban el grueso de su apoyo material a Denikin.
Además de los reveses en el frente la situación en la retaguardia era ya en el verano preocupante. Los desmanes del Ejército en el campo y la crisis económica habían favorecido el descontento del campesinado y la aparición de crecientes bandas de partisanos que operaban al norte y al sur de la línea del transiberiano y controlaban amplios territorios, a pesar de estar en general mal armados. Las derrotas en el frente acentuaron la represión militar y los desmanes, a pesar de las órdenes del mando para acabar con estos y, en especial, con la quema de aldeas como práctica de castigo.
Los intentos de los socialistas moderados de reformar el régimen y formar un órgano de control de la dictadura, a pesar de tímidos avances a comienzos del verano, acabaron fracasando, negándose Kolchak a finales del verano a estudiar sus propuestas de reforma.
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El ferrocarril transiberiano era la clave para el abastecimiento en la guerra civil 
Tras su victoria en la batalla alrededor de Cheliábinsk, el Ejército Rojo continuó su avance. El 1.er y 4.º Ejércitos, agrupados en el Frente del Turquestán al mando de Mijaíl Frunze, empujaron al Ejército Meridional formado por los cosacos de Oremburgo y del Ural hacia Persia, mientras que el 3.ºy 5.º avanzaban a lo largo de las líneas férreas del Transiberiano.
A mediados de agosto los soviéticos capturaron Tiumén y Kurgán abandonadas sin lucha por el Ejército de Kolchak. A finales de mes se encontraban a 70 km del río Ishim, última barrera natural antes de Omsk.
Ante la posibilidad de tener que evacuar la capital, se sopesaron las alternativas militares: bien tratar de rechazar al enemigo en el Ishim o abandonar la capital y formar un nuevo frente a lo largo del río Obi o cerca del lago Baikal. A pesar de los temores de hundimiento militar en caso de que fracasase una nueva ofensiva, se optó por tratar de conservar la capital.
La planificación militar fue deficiente y, a pesar de la reorganización del Ejército a mediados de agosto, éste siguió contando con un exceso de unidades y de mandos para apenas 60.000 hombres. 
Los intentos de movilizar a la burguesía para aumentar el tamaño de las unidades fracasó nuevamente y el reclutamiento apenas llegó al 25 % de los objetivos en la mayoría de las zonas, haciendo peligrar los preparativos para el ataque. A finales de agosto apenas se habían reunido reclutas para formar una división aunque se habían formado ya mandos para once. Mientras los oficiales del frente escaseaban, las unidades de mando en la capital seguían siendo gigantescas y desproporcionadas. Eran numerosos los jóvenes oficiales que podían verse en resplandecientes uniformes día y noche en la capital, pero no en el frente.
Los intentos de reunir una gran fuerza cosaca para el crucial ataque de flanco planeado por Dieterichs tampoco fructificaron. La mayoría de los cosacos que no se habían enrolado ya en las fuerzas armadas no mostraron interés en unirse al Ejército, tratando de no verse involucrados en la guerra civil. 
La sorpresa hizo que las unidades de Kolchak comenzasen avanzando y aprovechasen el excesivo avance de los soviéticos, alejados de sus centros de mando. Gracias al traspaso de tropas rojas del frente siberiano al meridional, las fuerzas de Kolchak contaban además con una ligera ventaja numérica. El 2.º Ejército no logró flanquear al 2.º soviético, pero los cosacos, por su parte, sí consiguieron al comienzo algunas victorias al sur de Petropavlovsk  y derrotaron a la 5.ª y 35.ª divisiones del 5.º Ejército soviético en septiembre de 1919. Los avances continuaron durante las dos semanas siguientes. Los cosacos, sin embargo, retrasaron repetidas veces el fundamental ataque contra Kurgán que debía cortar la retirada ordenada de las unidades soviéticas, para desesperación de Kolchak y del alto mando. Dieterich ordenó en seis ocasiones atacar a la fuerza cosaca de Ivanov-Rinov, que se limitó a ignorar las órdenes, siendo este temporalmente destituido. 
El 30 de septiembre el 1.er Ejército de Kolchak tomaba Tobolsk, y numerosos hombres y material. La reconquista, no obstante, era engañosa: con unas fuerzas cada vez más menguadas de poco más de 20.000 hombres, sin refuerzos destacables y con un enemigo que se reforzaba por momentos, la probabilidad de continuar el avance era nulo y la posibilidad de mantener la línea del Tobol hasta la primavera quedaba en duda. La debilidad del frente hacía que el Ejército fuese muy vulnerable a cualquier contraataque soviético.
Los intentos del general Dieterichs de convertir la ofensiva en una cruzada para aumentar el número de reclutas y poder mantener el frente fracasó, tanto en el número de soldados obtenidos como en su calidad. Mientras, los soviéticos consiguieron reforzar sus unidades con varias decenas de miles de hombres y alcanzaron una ventaja de tres a uno. El 14 de octubre de 1919 recibían la orden de contraatacar y el 18 habían logrado cruzar el río Tobol. El Ejército de Kolchak comenzó entonces una retirada que no se detuvo ya hasta llegar al Océano Pacífico.
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Soldados blancos de Kolchak jugando a las cartas en un descanso